PATOLOGIAS DEL CICLO ESTRAL

REPETICION  DE  CALORES



En la práctica, se define como  vaca repetidora, el animal que falla en la concepción  luego de tres servicios, con ciclos regulares y en ausencia de anormalidades detectables.

Etiológica y patológicamente las fallas en la concepción son complejas. es el resulutado de falla en la fertilización o muerte embrionaria, la cual ocurre antes del día 16 a 17 después del servicio, por lo que el animal tiene un nuevo celo en forma regular. (ZEMJANNIS)

Es una patología cuya incidencia se ha incrementado notablemente especialmente en ganado de leche y doble propósito,  a medida que la selección genética y los avances en nutrición, higiene, sanidad y técnica de manejo han permitido elevar su producción, lo que ha ocasionado una disminución generalizada de la fertilidad media por inseminación y por consiguiente una aumento del porcentaje de Vacas Repetidoras (65-68% vs 35-45%)  (BILBY 2010).

Lo importante es determinar cual es el porcentaje de hembras del hato dentro de estas características. Esta incidencia estará en función de la Tasa de Concepción logrado en la explotación, siendo lo usual un rango del 42-50% en vacas de alta producción dentro de las circunstancias actuales puede considerarse como aceptable una incidencia de hasta un 15-16% lo cual equivale a una TA del 45%. Cuando el hato se encuentra dentro de una incidencia de  vacas repetidoras del 16%, el problema puede abordarse como un problema del orden individual e incrementar medidas y tratamientos para lograr su concepción. Si la incidencia es mayor debe considerarse la gran posibilidad de la presencia de enfermedades infecciosa. Cualquier intento por disminuir la incidencia de Vacas Repetidoras, debe comenzar por la  revisión del MANEJO DEL HATO.  (CAVAZOS)

En la práctica, algunos de los animales han sido inseminados de manera incorrecta. Otros pueden tener alteraciones patológicas en la bolsa o el oviducto, que son difíciles de palpar, o infecciones uterinas no diagnosticadas.

El grupo sin anomalías clínicas representa el 50% del total. La fertilidad  es buena (83%). Ello contrasta con el grupo de animales en los que se observan anomalías anatómicas como cervix doble, deformaciones del útero o el   cervix después de un parto  o  una cesárea,  urovagina, cuya fertilidad  es  del  23%.(KRUIF)

Su pronóstico es reservado en todos los casos y no hay un tratamiento específico. En casos de infección se recomienda la toma de muestras para cultivo y antibiograma.

Para identificar los animales y la conducta a seguir en casos de repetición de calores,  es importante  contar con registros confiables, que permitan  el seguimiento de la historia clínica reproductiva de cada uno de ellos, medir la magnitud del problema  y tomar las decisiones correspondientes, según el caso.

En  casos  de  infecciones  no  detectadas  se  recomienda  la  administración  de soluciones  antibióticas  al  día  siguiente  del  servicio,  de tal manera que al llegar el embrión al útero en el quinto día, encuentre un medio aseptico que permita y facilite su implantación. Igualmente está indicado aplicar solución de vinagre al 20% o de formaldehido 4%, luego del servicio.

En  casos  de  detectar  ovulación  retardada,  mediante  exámenes  seriados,  se  indica  la  administración  de  inductores  de  la  ovulación  el  día  del  servicio.

CHORULON   ®                  CONCEPTAL   ®

Por ser un problema multifactorial del hato, el  tratamiento  de repetición de calores estará  encaminado  a   revertir  la  causa. Ver   Tabla  siguiente.







ANESTRO


Se  denomina  anestro a  la  no observación de síntomas  de celo  en  hembras  aptas  para  la  reproducción. Se  presenta  tanto  en  ganado  de  leche  como  de  carne,  siendo  de  mayor  incidencia  en  el  Bos Indicus  que  en  el  Bos  Taurus.

ANESTRO  VERDADERO.- Se  considera  como  anestro  verdadero  la  no  presentación  de  síntomas  de  celo  por  alteraciones  del  tracto  reproductivo  o  gestación. Constituye  el  10%  de  los  anestros, siendo  fácil  su  manejo  clínico.

SUBESTRO.- También  denominado  “celo  silencioso”, se  caracteriza  porque  la  hembra  no  manifiesta  síntomas  de  celo  o  estos  no  se  detectan  por  una  deficiencia  en  la  observación  de  los  mismos.

Representa  el 90% de las restantes vacas anestricas y  está  influenciado por diferentes y variados factores tales como la raza, condición corporal, estrés calórico, sistema de detección de calores, el  cual  ha  dado  lugar  a  una  gran  variedad  de  sistemas  de manejo  del  ciclo  estral, tendientes  a  mejorar  la  fertilidad  del  hato, mediante  la  inducción  del  celo, sincronización del celo,  e  inseminación  a tiempo  fijo  IATF,  así  como  a  la  implementación   de  nuevas  técnicas  de  Reproducción  Asistida  encaminadas  a  la  obtención  del  mejoramiento  genético  de  las  explotaciones  ganaderas. Estos  temas  son tratados  en  el    Manual  De  Biotecnología  Reproductiva,  en  el  cual  se  presentan  las  distintas  técnicas empleadas  en  Reproducción  Asistida en bovinos.

Existen  los  denominados  anestros  fisiológicos  como  el  prepuberal,  postpartal, lactacional, postservicio,  asociado  este  último  con  gestación. (ZEMJANIS)

Por  su alta incidencia y a las perdidas resultantes, el anestro  es una de las  principales  causas de infertilidad en bovinos, estando bien documentado gracias  a  los  registros detallados del comportamiento reproductivo, tanto en ganado de leche  como de carne.

Para  lograr  un  diagnóstico  lo  más  aproximado  posible  del  anestro,  se  debe  efectuar  un  examen  sistemático  del   tracto   reproductivo,  con  el  fin  de determinar  la  funcionalidad  cíclica  de  los  ovarios  o  la  presencia  de  afecciones  del  tracto  reproductivo,  siendo  una  de  las  funciones  del  profesional  determinar  la  causa  del  mismo, no  desde  el  punto  de  vista  individual,  sino  como  un  problema  del  hato  en  general,  con  el  fin  de  tomar  las  medidas  correspondientes  a  solucionarlo.

En  este  capítulo  trataremos  lo  relacionado  con  el  anestro  verdadero  originado  por  alteraciones  del   tracto  reproductivo.

Las  principales  causas  de  anestro  verdadero  son:

  • Preñez normal.
  • Causas Patológicas.
    • Piometra
    • Momificación
    • Maceración
    • Freemartin
    • Enfermedad de las Novillas Blancas
    • Atrofia o disfunción ovárica bilateral
    • Quiste ovárico. Algunos casos


Algunas  de  estas  causas fueron relacionadas  anteriormente.



ANESTRO   POR  CAUSAS  PATOLOGICAS


FREEMARTIN


El freemartinismo es  la  atrofia  total del  tracto  genital  femenino , anomalía conocida también  como quimerismo XX/XY en bovinos.  Afecta las hembras nacidas en aproximadamente el 92% de los partos de gemelos macho-hembra, debido a la transferencia de células y hormonas del macho a la hembra causando grados variables de supresión del desarrollo del sistema reproductivo femenino, permitiendo el desarrollo de partes reproductivas masculinas, generando hembras infértiles. 

Se  debe  a  la influencia  de  tipo  hormonal  que  se  forma  en  el  embrión  masculino  y    que  predomina  sobre el  femenino,  en  gestaciones  gemelares  univitelinas  (90 %).

Este  intercambio  hormonal  se  debe  a  una  anastomosis  vascular  que  une  las ramas  principales  de  los  vasos  umbilicales  en  el   borde  cóncavo  de  las  dos  membranas  coriales  adheridas.  Según  OHNO  y  JOST    la  aparición  definitiva  del  Freemartin  está  ligada  a  la  inversión  del  control  hormonal. 



La  regresión  de  los  conductos  de  Muller  ocurre  simultáneamente  en  machos  y  en  hembras  Freemartin.  Ambos  gemelos  presentan  alta  y  positiva  correlación  en  las concentraciones  de  Hormona  Anti-Mulleriana.  En  las  gónadas  de  hembras  freemartin  después  del  día 80,  los  túbulos  seminíferos se  diferencian  y  producen  HAM,  siendo  menor  que  la  producción  de  los  machos  gemelos.  Este  dato  sugiere  que  la  regresión  de  los  conductos  de  Muller  en  las hembras  freemartin  está  mediada  esencialmente  por  la  producción  de  HAM  por  el  testículo  del  macho  gemelo.

CABIANCA y colaboradores (2007) demostraron que las gónadas masculinizadas en las hembras freemartin tienen un papel activo en la producción de la hormona antimuleriana, por lo que el efecto de inhibición del conducto de Müller se da tanto por la HAM procedente del gemelo macho como por la producida por las gónadas de la misma hembra freemartin.

El síndrome freemartin no es heredable, pero la propensión a engendrar gemelos sí lo es. Como lo refieren Kästli y Hall, la incidencia de partos gemelares varía ampliamente entre las razas bovinas; en la raza Simmental se informan tasas de 2.4% a 4.6%, en la Holstein-Friesian del 0.5% al 4.2% y en la  Charolais  2.3%  a  3.2% 

Son  síntomas: 
  • Anestro.  
  •  Hembra  gemela  de  un  macho.
  • Vulva  pequeña con  mechón  de  pelo.
  • Clítoris  hipertrofiado  notablemente.
  • Himen  persistente  característico en  terneras
  • En  el  límite  entre  vestíbulo  y  vagina  no  se presenta  abertura alguna
  •  Masculinización en la hembra  adulta.

Se  recomienda  la  prueba  de  la  permeabilidad  vaginal  en  terneras  gemelas  con macho. Consiste en la introducción  del termómetro o adminículo  que permita medir el grado de penetración dentro de la vagina, sospechandose de Freemartin si no hay franca penetración del mismo.


ENFERMEDAD  DE  LAS  NOVILLAS  BLANCAS


Consiste  en  la  aplasia  segmentaria  de  cualquier  parte  del  tracto  genital  femenino.  Las  hembras  afectadas  son  estériles  debido  a  la naturaleza  bilateral  de  los  defectos.
El color blanco del ganado Charolaise, Belgian Blue y Shorthorn,  se hereda como rasgo recesivo y se asocia a defectos del aparato reproductor en la hembra (sistema Muelleriano). Estas hembras suelen ser estériles. 



Las  alteraciones  más  frecuentes  se  manifiestan  en  constricción  del  himen, himen  persistente, ausencia  de  la  parte  craneal  de  la  vagina,  cerviz  o  cuello;  dilatación  quística  de   los  cuernos  uterinos, debida  a  una   estrecha  franja  de aplasia  cercana  al  cuerpo uterino.  


Con  mayor  frecuencia  sólo  existen  los  extremos  de  los  cuernos  uterinos  que  contienen moco  de  color  marrón  o  amarillo  y  cuyo  tamaño  varía  con  la  cantidad  de  líquido  contenido,  pudiendo  semejar  una  gestación  de  4  meses.

Se le denomina aplasia segmentaria del oviducto o de los tubos uterinos, a aquellas alteraciones del desarrollo –subdesarrollo- o ausencia del mismo oviducto, en las que los ovarios generalmente son normales.


Las causas de esta aplasia segmentaria son de tipo genético, relacionados con el efecto pleiotrópico del gen codominante del color blanco, en el caso de la enfermedad de las novillas blancas Este tipo de aplasia segmentaria ocurre más frecuentemente en el útero, cérvix y vagina que en el tubo uterino; y su efecto sobre la fertilidad de las hembras dependerá de si es uni o bilateral, y de su localización en el tracto reproductor. (CRUZ)

El diagnóstico puede hacerse  por  palpación  rectal, confirmándose  por  ecografía  o  laparoromía. No existe tratamiento, y aquellos animales que presentan esta anomalía deberán ser eliminados del mismo rebaño


QUISTES   OVARICOS


Alteración caracterizada por la persistencia en el ovario de una estructura de tipo vesicular, mayor de 2.5 cm de diámetro,   en ausencia de CL.  (ALLRICH)

La presencia de una estructura quística en unión de un  CL por lo regular no es patológico.  (SEGUIN)

Los quistes ováricos de las hembras bovinas se originan por una deficiencia parcial de LH al principio del celo. Las vacas de alta producción de leche están predispuestas a presentar quistes ováricos por la disminución  de  la  actividad  luteotropa  de  la  Prolactina, durante este período, cuya síntesis y liberación se  destina principalmente a la producción de leche.

Existen tres tipos de quistes ováricos.

1.- Quistes foliculares clásicos, mayores que el folículo normal, de pared gruesa        luteinizada.





















2.- Quistes con luteinización incipiente, cuya capa celular interna muestra  una   luteinización más o menos extensa.

3.-   Quistes ováricos en cuya pared se hallan dispersas las llamadas islas   luteales.




Según el grado de luteinización los tipos 2 y 3 son quistes foliculares tecales o formas mixtas o de transición. En los quistes luteales, la luteinización se refiere a la teca interna, en tanto que la granulosa ya no suele subsistir.     (AL –DAHASH) 

No resulta posible una delimitación clínica de los quistes luteales y los foliculares. No se ha podido aclarar, si el quiste luteal persiste durante un lapso de tiempo prolongado,  bloqueando  el  ciclo por una producción constante de P4.        (GRUNERT) 




El líquido de los quistes contiene cantidades variables de P4 pero como es natural pocos estrógenos. LEID y col comprobaron que la proporción de P4 en el liquido quístico aumenta con el tamaño del quiste, espesor de la pared e intensidad de coloración del contenido.

Se ha observado una frecuencia de presentación de quistes en el postparto tardío de 8.9%. Los quistes foliculares de frecuente presentación en ganado de leche, reportan una incidencia que oscila entre el 5.6% y el 18.8%, siendo más común en el postparto temprano. con una recuperación espontánea hasta del 60% (DUQUE)



Ahora bien, los quistes ováricos de las hembras bovinas no causan siempre su infertilidad, sino que pueden presentarse como estructuras acompañantes, al parecer exentas de función, durante un ciclo sexual regular y  en ciertas circunstancias durante la preñez normal, sin comprometerla. Hay  luteinización marcada del quiste con producción suficiente de P4 para mantener la gestación.




Es importante descartar una gestación en presencia de una estructura quística en el ovario, antes de instaurar cualquier tratamiento, en especial si se emplea prostaglandina. (RIVERA)

SINTOMAS 


La apariencia física de las vacas con quistes ováricos depende de la duración de la condición. En casos agudos no hay cambios observables, pero en casos crónicos el signo más constante y predominante es la relajación de los ligamentos del cinturón pélvico, la inclinación de la pelvis y la elevación de la raíz de la cola, formando la llamada "joroba de la infertilidad". En quistes ováricos crónicos aparece también signos de virilismo o "vaca machorra".




Las hembras presentan un comportamiento anormal de estro, con signos frecuentes o continuos de celo, con intervalos menores a 17 días, condición denominada "ninfomanía", para  luego presentar signos de anestro.

A la  exploración la vulva aparece edematosa y aumentada de tamaño, con descarga de moco opaco de color grisáceo blanquecino. El útero a la palpación retal presenta características de edema, atonía, flacidez y pared adelgazada. histológicamente el endometrio presenta hiperplasia de la mucosa  con dilatación quistica de las glándulas endometriales.





En casos crónicos  se desarrollan  mucómetra  o  hidrómetra y mucocervix . A la exploración vaginal el orificio externo del cérvix es generalmente grande, dilatado y relajado permitiendo el paso de un dedo. 

DIAGNOSTICO


El diagnostico se efectúa por medio  de  la  historia clínica reproductiva y  el hallazgo de una estructura vesicular  mayor de 2.5 cm  de  diámetro, que persiste  luego de dos controles por palpación, en ausencia de CL

Sin embargo hay que tener en cuenta que el tamaño está influenciada por el grado de crecimiento del folículo  dominante -FD-  que va a desarrollarse  como  quiste, ya que el FD destinado a  atresiarse es  de 7 a 10 días con la consiguiente reducción de su tamaño al final de la atresia. En el caso de que el FD tienda a desarrollarse como quiste su ciclo quístico es de 20 a 26 días cambiando su diámetro y actividad funcional según la etapa de desarrollo del quiste. (RUTTER)

De otra parte se pueden desarrollar  nuevos folículos como  quistes  en  el  mismo  ovario  o  en  el  ovario  contralateral.

Ni  el quiste luteal ni los quistes con luteinización  incipiente pueden diagnosticarse clínicamente  como tales, ya que la diferenciación de quiste folicular y luteinico no resulta posible por palpación rectal aún para clínicos experimentados, a causa de su forma, fluctuación y espesor parietal, muchas veces idénticos.

Se afirma que los quistes foliculares poseen una pared menos gruesa, cuya ruptura manual deja solo una cavidad del tamaño de un pulpejo de dedo. En cambio los quistes luteinicos clásicos muestran frecuentemente una pared más gruesa, todavía bien palpable, eventualmente apropiada para su enucleación. Esta sintomatología parece corresponder solamente a una parte de los quistes; sin embargo, son numerosos los diagnósticos erróneos.

La cuestión podría resolverse, por el análisis hormonal de la sangre o leche, respecto de su contenido de P4. Según las investigaciones de LEID y Col., los quistes foliculares tecales no ceden P4 al torrente sanguíneo y tampoco a la leche, a diferencia de los quistes luteales clásicos, con lo que  bloquea el ciclo durante un lapso prolongado.

Un alto nivel de P4 ligado a una formación grande y fluctuante en un ovario sería pues, un indicio del quiste luteal.  El resultado negativo de la determinación de P4 en la sangre o leche excluye solamente la presencia de un quiste luteinico.

En un estudio  donde se investigó la precisión diagnóstica de los quistes por palpación rectal realizada por dos clínicos experimentados comparándola con la ecografía, y determinando los niveles séricos de progesterona en todas las vacas (el quiste folicular le correspondió ≤ 0,5 ng/ml; en cambio un quiste luteal tenía > 0,5 ng/ml de progesterona) se pudo determinar que el diagnóstico por palpación rectal fue correcto en el 51,1% de los casos (24 de 47 vacas); en cambio la ecografía tuvo una precisión del 85,1% (40/47 vacas). El diagnóstico fue correcto por ultrasonografía para el 90% de los quistes luteales y para el 75% de los quistes foliculares. (FARIN)


PRONOSTICO


El 60% de los quistes ováricos diagnosticados durante el puerperio clínico 20- 30 días postparto, se recuperan antes de la primera ovulación postparto y el 20% después de la primera ovulación postparto. En el caso de persistir se debe instaurar una terapia inmediata.

Por lo anterior  los  quistes  ováricos tienen  un mejor  pronóstico si se diagnostican y tratan  en el puerperio tardío entre los 60 a 90 días postparto. En los casos crónicos en donde se han desarrollado y manifestado síntomas de ninfomanía o masculinización, el pronóstico es de reservado  a  malo.


TRATAMIENTO

Todos los esquemas terapéuticos tienen el propósito de restablecer el ciclo estral normal lo más rápido posible, mediante el desarrollo de tejido lúteo funcional. Este tejido se puede generar a partir de la maduración de un folículo terciario que se transforma en dominante, que ovula y forma un cuerpo lúteo, o mediante la lutenización del quiste en el caso de que  las células de la granulosa  respondan  al estímulo hormonal lutenizante,  aunque sea  parcialmente.

La luteinización de los quistes ocurre usualmente sin ovulación, mientras que puede presentarse la luteinización de otros folículos presentes en el momento del tratamiento, con o sin ovulación. Por lo tanto el tratamiento estimula la formación de tejido luteal, ya sea por causar luteinización (sin ovulación) del quiste, o por la luteinización u ovulación de folículos presentes. El nuevo tejido luteal actúa como normalizador del ciclo alterado a través de la biosíntesis de P4, actuando a nivel del eje hipotálamo-hipófisis-gonada. Se recomienda dar servicio a las hembras al primer celo después del tratamiento exitoso, dado que si se preñan, los quistes ováricos tienden a no  repetirse. Si se deja que tengan dos o tres ciclos  después del tratamiento y antes del servicio es probable que se presente  recidiva de la afección.

Por lo tanto, puede detectarse un Cl  7  a 14 días después del tratamiento. La ausencia de Cl no debe interpretarse como falla en el tratamiento, ya que el quiste puede luteinizarse sin cambios notorios de las estructuras palpables. Esta apreciación, además del hecho de que muchos animales muestran celo normal a los 20 días del tratamiento permite recomendar que las vacas no sean tratadas de nuevo contra el quiste antes de 3 a 4 semanas, a menos que los síntomas de ninfomanía persistan.

No debe hacerse el tratamiento de los quistes ováricos si simultáneamente existe urovagina, mucómetra, hidrómetra o adelgazamiento de la pared uterina, dado que estas afecciones pueden haber alterado parcial o totalmente el endometrio.


RUPTURA  MANUAL  DEL   QUISTE

Hay una gran variación en los porcentajes de preñez alcanzado por este método, que va del 25 al 67%. Los efectos colaterales y secundarios incluyen: una tasa alta de recurrencia de quistes y un largo período de recuperación, hemorragias, ooforitis, salpingitis, adherencias en la bolsa ovárica con trastornos en la ovulación y el transporte del ovocito. Es una práctica innecesaria y contraindicada.

Es de anotar que en algunos casos al palpar el quiste este se rompa accidentalmente, debido a  una pared quística delgada y débil.


TRATAMIENTOS    HORMONALES

GnRH

 La GnRH o alguno de sus análogos sintéticos a las dosis de 10, 50, 100 o 250 ug IV o IM, administrada a vacas con quistes ováricos induce un pico preovulatorio de LH y FSH similar al del ciclo estral dentro de 1,53 hs del tratamiento, con duración aproximada de 4 hs.

Después de un tratamiento exitoso con GnRH los quistes sufren luteinización, se reducen las concentraciones de LH y de 17β estradiol en 24hs, las concentraciones de progesterona aumentan dentro de los 5 a 9 días, y los ciclos estrales  restablecen usualmente dentro de los 18 a 30 días, con ovulación del folículo dominante en algunos de los ovarios. No ha sido observada la ovulación del quiste luego del tratamiento.

La recuperación ocurrió en el 60 a 80% de los casos entre 18 30 días, con una tasa de concepción del 49 al 65%  al primer servicio; el intervalo tratamiento-concepción podría ser reducido por la inseminación a las 36 hs del tratamiento con GnRH (ovulación de un folículo dominante) o al primer estro observado; una concepción  temprana reduce la probabilidad de la recurrencia de quistes. (RUTTER)

La administración de GnRH seguida 7 días más tarde por una inyección de PGF2α está asociada con una recurrencia más alta de quistes, siendo de mejor efecto terapéutico la GnRH con una PGF2α 9 días después. Esto indica que un cierto período mínimo, o un umbral de exposición de un nivel de progesterona, puede ser necesario para restablecer un ciclo estral normal.

No se aconseja la repetición de GnRH en los casos sin respuesta, dado que en los animales que no responden hay un pico de LH postratamiento, pero la falla puede ser por la incapacidad de la estructura quística en responder a la LH debido a la fibrosis, la degeneración de la teca/granulosa, o a un número insuficiente de recetores de LH en las células foliculares.

La GnRH tiene un peso molecular más bajo que la hCG por lo que no induce reacción anafiláctica.

Animales con quistes foliculares o luteínicos, independiente de su comportamiento de ninfomanía o anestro, dieron resultados similares en respuesta a la GnRH (NANDA).

hCG

La hCG posee actividad de LH y ha sido la hormona         que se utiliza con mayor frecuencia, con variaciones en la dosis y vía de administración.

Se emplean dosis de hCG  de  2.000 a 5.000 U.I. por vía endovenosa y de 5.000 a 10.000 U.I. por vía intramuscular o subcutánea. El efecto de la LH restaura la actividad cíclica ovárica normal, causando luteinización del quiste o del folículo, lo cual resulta en un aumento de la concentración  plasmática de P4, de 4 a 11 días después del tratamiento. Si hay síntomas de ninfomanía, estos cesan entre 36 días más tarde y los animales entran en celo dentro de los 20 a 30 días postratamiento.

Se puede detectar la luteinización posterior a la  administración de hCG  5 a 9 días más tarde por palpación rectal, ecografía o niveles de P4 (aumento de firmeza y regresión del tamaño del quiste). No ha sido observada la ovulación del quiste luego del tratamiento.

Además de la luteinización, se registran ovulaciones simples o múltiples de folículos dominantes/subordinados del ovario ipsilateral o contralateral al quiste. La hCG tiene igual eficacia terapéutica para los quistes foliculares o los quistes luteínicos asociados con ninfomanía o anestro.

Se estableció un ciclo estral fértil en el 60 y 80% de los casos después de un tratamiento, con una tasa de concepción al primer servicio del 30 al 58%.

Siendo la hCG una glicoproteína de alto peso molecular puede provocar la formación de anticuerpos en vacas, y tener riesgo de desencadenar shock anafiláctico en dosis repetidas.

Otro estudio   efectuado por ROMERO et al se trataron vacas diagnosticadas mediante palpación  con quistes foliculares después de un tratamiento superovulatorio. El primer grupo fue tratado con 100 µg de Fertirrelin ® (GnRH), un segundo grupo con 5000 UI de gonadotropinacorionoca humana (hCG) y un tercero con 25 mg de Hormona Luteinizante (LH). Debido a que la principal alteración en los ovarios quísticos es a nivel de retroalimentación, alterándose los patrones de secreción de LH y con ello el pico preovulatorio de esta hormona, los tres tratamientos utilizados son efectivos en la resolución de quistes ováricos y el restablecimiento de los ciclos normales. (ROMERO)



PROGESTAGENOS


La progesterona tiene varias acciones fisiológicas sobre el ciclo estral:

1) Regula la frecuencia pulsátil de LH;
2) Sensibiliza el hipotálamo a generar un pico de LH en respuesta a una concentración aumentada de estradiol; por eso la progesterona exógena al disminuir la secreción basal y la frecuencia pulsátil de LH; resulta en regresión del quiste e iniciación de una onda nueva de crecimiento folicular.
3) Inhibe la secreción estrógenos por las células de la granulosa in vitro, (efecto local).
4) Regula el número de receptores de estradiol en el hipotálamo medio-ventral, en la región donde el estradiol actúa para inducir el pico de gonadotrofinas.
5) Neutraliza los efectos de los estrógenos producidos por el quiste. (CARATY)

En un ensayo con quistes inducidos experimentalmente, considerados foliculares, la utilización de un Dispositivo Intravaginal (PRID) por 9 días llevó a una disminución de la concentración basal promedio de LH y de la frecuencia pulsátil de LH (pulsos cada 8 hs). (CALDER)

La concentración basal y la frecuencia pulsátil de LH dentro de las 24 hs en vacas con quistes +  PRID, permanece más baja que en las vacas con quistes sin PRID por varios días. La reducción en la concentración basal y la frecuencia pulsátil de LH son probablemente insuficientes para mantener los quistes, conduciendo a la regresión funcional de los mismos, reducción de su tamaño y la emergencia de una nueva onda de crecimiento folicular. El tratamiento con PRID puede desarrollar una concentración de progesterona parecida a la fase luteal media del ciclo estral. Las vacas con PRID tuvieron valores de progesterona entre 2 a 3 ng/ml durante 6 días, para luego declinar gradualmente hasta su retiro.

En vacas con quistes foliculares, la administración de PRID tiene respuesta terapeútica variable, según la duración del tratamiento, no respondiendo cuando se deja 7 días, pero si con 12 días, con algunas vacas  cuyos quistes regresaron en 1 a 2 semanas. Durante el período de tratamiento hay crecimiento folicular, presentándose en los animales que responden un intervalo entre el inicio del tratamiento y el  estro de 14 a 18 días. En vacas con quistes foliculares tratados con PRID, los quistes pueden persistir por largos períodos (hasta 18 días) y desencadenar celo y ovulación después de 14 días.

La administraciónn diaria de 50 mg de P4 subcutánea o la aplicación de PRID por 12 dúias en las vacas con quistes ováricos.según la variación en la respuesta, pueden provocar celo entre 1 a 6 días posteriores a la finalización del tratamiento, con un 68 a 88% de tasa de recuperación y  hasta un 55 a 72% de tasa de concepción con 1 a 3 inseminaciones.

La aplicación única de progestágenos  a la dosis de 50 a 60 mg IM o  ha inducido una tasa de recuperación del 50 a 76% y una tasa de concepción del 50 al 68% con 1 a 3 inseminaciones. (RUTTER)

PROSTAGLANDINAS

La prostaglandina F2α induce la lisis de un quiste luteal (> 1ng/ml de progesterona plasmática y una disminución en la concentración de P4) seguido por la inducción de un celo normal en 3 a 8 días después del tratamiento. Administrada a vacas diagnosticadas correctamente con quistes luteales tiene una tasa de recuperación del 87 a 96% dentro de los 8 días y un 43-78% de tasa de concepción total.
La prostaglandina F2α es más efectiva cuando se aplica de 9‐14 días postratamiento con hCG o GnRH, que cuando es aplicada más temprano (7 días).

Un diagnóstico exacto del tipo de quiste es esencial para un tratamiento efectivo con prostaglandina.

El tratamiento con prostaglandina F2α induce más rápida recuperación y tasas de concepción similares a las que se producen con los tratamientos de hCG, GnRH y PRID. (RUTTER)


TRATAMIENTOS  COMBINADOS


Los más empleados son el de hCG + PGF2α y GnRH+ PGF2α, aplicando las prostaglandinas 9 a 15 días después de la hCG y GnRH.

GnRH + PGF2α

La administración de GnRH seguida 7 días más tarde por una inyección de PGF2α está asociada con una recurrencia más alta de quistes, siendo de mejor efecto terapéutico la GnRH con una PGF2α 9 días después. Esto indica que un cierto período mínimo, o un umbral de exposición de un nivel de progesterona, puede ser necesario para restablecer un ciclo estral normal. (RUTTER)

En otro trabajo, se trataron vacas con quistes ováricos mediante  la administración de dosis dobles  de GnRH y PGF2 α. A las vacas diagnosticadas ecográficamente con quiste folicular se les aplicó tratamiento  de 5mL de Conceptal® (100 µg acetato de buserelina), si a los 14 días, el quiste estaba luteinizado se aplicaron 2mL de Estrumate®, (500 µg de cloprostenol sódico). Se realizó la inseminación artificial y se determinó preñez entre 40 y 60 días.

A las vacas que no luteinizaron el quiste a los 14 días se les repitió de nuevo el tratamiento y la observación del celo. Finalizando con una tercera aplicación del tratamiento a las que no respondieron. Si con este último no hubo respuesta se descartó la vaca.

Este estudio demostró que los quistes foliculares se presentan con relativa frecuencia en el posparto tardío, pero se pueden solucionar efectivamente si se diagnostican en los primeros 90 días, además el tratamiento realizado después de detectado el quiste folicular entre 80-90 días posparto, es efectivo para resolver el 74,12% de los casos, con una tasa de preñez del 70,5%.(DUQUE)


PROGESTERONA + PGF2α

El tratamiento de quistes foliculares con un dispositivo intravaginal que libera progesterona natural (1.9 g de progesterona)  por  10  días, más  250 mg de progesterona y 15 mg de prostaglandinas F2α el día del retiro del  dispositivo intravaginal.  Las vacas fueron inseminadas 12 horas después del celo detectado. Este tratamiento fue más efectivo que el empleo de GnRH más PGF2α. (ROMERO)




OTRAS  ALTERACIONES  DEL  TRACTO  REPRODUCTOR















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